De profundis. Capítulo 1. Por Salvatore Satta [Para abrir boca]
I En enero de 1943, en un vagón de primera clase del tren procedente de Roma, viajaban seis personas cómodamente arrellanadas en las butacas rojas. En el largo pasillo envuelto en tinieblas, unas formas humanas deambulaban en la penumbra, poco dispuestas a pasar toda la