
Los compañeros de viaje. Por Józef Wittlin
Apenas había salido el tren, mi compañera, esa que no llevaba pasaporte, se durmió. Se ve que el golpe de las ruedas y el balanceo del tren actúa sobre la conciencia humana adormilándola. Por suerte para mí, durmió hasta la misma Viena. Ocurrió en cambio