
Yo heredé mitos generacionales desde la posguerra hasta la movida
Recuerdo seguir cierta rutina los sábados tranquilos, azules y verdes, de mi infancia: desayunaba viendo la tele y, cuando acababa el programa matinal, iba a casa de mis abuelos, que vivían justo al lado. Allí leía los dos semanarios que mi abuelo había comprado días antes: Tiempo e Interviú. Ambos perviven, desleídos, en los pocos quioscos que quedan. Tiempo informaba y opinaba, desde una óptica entre