
Putaendo es un manicomio y yo vengo hoy a hablar del amor
Aquellos que iban a parar a Putaendo, expulsados de todos los confines del país, hallaban en la sintonía del delirio amoroso el camino de la cordura, un último amparo en la pesadilla de la soledad, un remedio de compasión antes el horror del abismo.