Pródromo, un poema de Aurelio Major
Pródromo
La lisonjeaba hasta el bulbo tu tacto vivo, vatídico,
y su enardecida mirada que mirase se hendió de nuevo, nato,
en el almíbar que habías sorbido del gajo, goja,
siguiéndola en los contornos movedizos de sus dunas, dones,
iguales: siempre la misma arena, siempre, sierpe,
la misma ola de su risa donosa y esquiva, escarpia.
Aurelio, recuerda su galerna y su reposo, responso,
que calmó los ávidos espasmos, ensalmos,
de unas entrañas regidas por el reloj de su polvo, pasmo,
y por la sal granjeada de la espera cierta, ciente,
valetudinario, valeriana.
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