Descripción
Me resisto a todas las evidencias que deberían convencerme de que ya no me amas, y me siento más dispuesta a entregarme ciegamente a mi pasión que a los motivos que me das para quejarme de tu desconsideración. ¡Cuántas inquietudes me habrías ahorrado si, los primeros días que te vi, tu manera de proceder hubiese sido tan desatenta como me ha parecido la de después! Pero ¿quién no se habría dejado engañar, como yo, por tantos desvelos, y a quién no le habrían parecido sinceros? ¡Qué difícil es desconfiar, por mucho tiempo, de la buena fe de aquellos a quienes amamos! Bien veo ahora que cualquier excusa te basta pero, incluso sin que te molestes en dármela, el amor que siento por ti te es tan fiel que permite que te considere culpable únicamente, para que yo misma tenga el grato placer de justificarte. Cartas portuguesas
Gabriel-Joseph de Guilleragues (pseudónimo de G.-J. Lavagne) Burdeos, 1628-1685, conde de Guilleragues, embajador del Rey Sol en Turquía, es considerado por algunos estudiosos como el autor real de las palabras de sor Mariana. Nacido en el seno de una familia noble dedicada a la abogacía, ocupó la presidencia del Tribunal Fiscal de la ciudad de Burdeos, la Cour des Aides. Partidario del príncipe Enrique II de Borbón-Condé, fue secretario del su gabinete. Su talento literario —sus obras fueron muy apreciadas por sus contemporáneos— le llevaron a ser nombrado redactor jefe de la Gazette de France.
Para otros investigadores, fue la propia Mariana Alcoforado (1640-1723) la autora directa de las cartas. Nació en Beja, en el Alentejo portugués, lugar donde pasaría toda su vida. Ingresó muy joven en el convento de Nuestra Señora de la Concepción, que seguía las reglas franciscanas. Según se cuenta se habría enamorado de un oficial francés, de nombre Noël Bouton, conde de St-Léger y marqués de Chamilly, con el que vivió días y noches apasionadas que ocasionaron las Cartas portuguesas. Falleció a los ochenta y tres años.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.