Hace muchos muchos años, cuando mi hija era muy pequeñita, solía leer artículos sobre ser madre para que me tranquilizaran un poco. Artículos del tipo «Lo importantes no es pasar mucho tiempo con las hijas¹, lo importante es pasar con ellas tiempo de calidad». Artículos que seguramente habían escrito madres con tan poco tiempo para lo que de verdad importa como yo por aquel entonces. Me tranquilizaba porque sacar esa media hora por la noche para leer con ella era algo que podía hacer; pasarme dos o tres horas haciéndole los deberes o despotricando con otras madres sobre lo mal que está todo, no, esto se me antojaba aburridísimo y, lo que es peor, contraproducente. Aparte, claro, que de dónde iba yo a sacar tiempo para ello. Ca. «Lo importantes es pasar con ellas tiempo de calidad». Amén, hermana.
Nos llegaban esta semana por fin los libros «de ida y vuelta» y yo no podía dejar de acordarme de todos los ratos que pasamos mi hija y yo leyendo al llegar la hora de acostarse (ella, yo me desmayaba un ratín después en mi propia cama). Alargábamos el momento, que para mi peque siempre era muy corto, para mí largo, la madre solía llegar a la cama de la niña mucho más cansada que esta, derrengada. Me miraba abrir la boca, vocalizar regular por el bostezo que intentaba contener… y me sonreía siempre, que mi hija se pasó su infancia sonriendo, con los ojos muy abiertos; así era de niña, aún lo es hoy, curiosa, alegre… e inasequible al desaliento. Leíamos cuentos y poesías de Gloria Fuertes, «cuando digo mesa pienso silla», o al revés, aún tenemos aquellos libros por casa. Lo recordaba al leer las primeras páginas de Pancracio el niño batracio. «Este cuento te hubiera gustado un montón», le he dicho, ahora que lee casi que solo biografías de pintores, según me cuenta. Y me sonríe como entonces porque lo recuerda bien, todos esos ratos. Ser madre es algo que llena el corazón de una forma plena, más que suficiente, como para dar y tomar y no querer dejar de hacerlo.
Os animo, mamás, papás, a que lo intentéis en vuestras casas, digo, a esa hora en la que se acuestan, leerles ese ratito. Podéis empezar con este que os digo, Pancracio el niño batracio:
Anaís es una niña de diez años. No es muy alta para su edad. No es ni muy flaca ni muy gorda. No tiene el cabello ni corto ni largo, ni rizado ni liso. Tiene los ojos grandes, como los de un personaje de dibujos animados japoneses. Son ojos del color del cielo de verano sin nubes, destacan en su cara redonda llena de pecas. A veces, cuando Anaís discute con un adulto, y sabe que ella tiene la razón, lo mira con tanta intensidad que sus ojazos azules echan chispas. Cuando pasa eso, el hombre o la mujer se ruborizan, tartamudean y la dejan en paz. Anaís es una chica bastante lista, sin pelos en la lengua y con la mollera dura como una piedra. A Anaís no le gusta que le digan que tiene que hacer las cosas «porque sí», o que le impongan que tiene que pensar de una determinada forma «porque yo lo mando». Ella pregunta sin parar. «Solo preguntando se aprende», dice. «Bueno, preguntando, escuchando, leyendo y dándole vueltas a las cosas».
No lo vamos a enviar a muchas librerías porque es un libro carísimo de producir y nos da penilla que se pase meses y meses en alguna estantería perdido porque nos hemos equivocado enviándolo donde no lo van a querer como lo queremos nosotras. Pero que se lo podéis encargar, este y cualquiera de los que van más abajo en este boletín, o en otros, en cualquier librería. A nosotras nos gustan sobre todo estas.
Y que nos ha llegado también la Kiwi #15, número dedicado a ¡perros y gatos! Otra fiesta que no os queréis perder (emoticono con carita sonriente aquí).
Gracias por seguir ahí cada domingo y en nuestro blog/revista web cada semana.
Nota al pie: ¹Cuando escribo «hijas» quiero decir hijos o hijas, tanto da y por si me lee Pérez Reverte (ojalá), que se pone nerviosísimo con estas cosas.

Las novedades de esta semana
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Si el ahora es elegir, lo hacemos en piezas / Aukeratzea bada oraina, piezaka eraikitzen duguSi el ahora es elegir, lo hacemos en piezas (edición bilingüe español-euskera) es un proyecto que parte de lo cotidiano para preguntarse por la construcción del presente, del aquí y el ahora. Con el fin de construir una experiencia estética de la cotidianidad, lleva irremediablemente a preguntarse, primero, qué es eso del presente y, segundo, a qué llamamos cotidiano. ISBN: 9788412197587 |
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Silabario de la Peste / Silabario da PesteEl Silabario de la Peste de Lupe Gómez nos propone aprender a leer de otra forma la vida. Reescribe el confinamiento por la peste pandémica del año dos mil veinte en sílabas que nos sirven para leerlo en clave de imágenes poéticas, como ideogramas de otro idioma. ISBN: 9788412388138 |
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La ruptura no será televisadaEste libro ofrece la perspectiva de una relación amorosa (plena o rota) descrita desde el punto de vista de una mujer lesbiana. Poesía, identidad y género se dan la mano en un libro deslumbrante. Mana Muscarsel Isla es artista transindisciplinaria escritora, música y activista cuir. Es, además, psicóloga especialista en géneros y sexualidades. ISBN: 9788412524529 |
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Kiwi #15 – ¡MIAU! ¡GUAU!Este libro ofrece la perspectiva de una relación amorosa (plena o rota) descrita desde el punto de vista de una mujer lesbiana. Poesía, identidad y género se dan la mano en un libro deslumbrante. Mana Muscarsel Isla es artista transindisciplinaria escritora, música y activista cuir. Es, además, psicóloga especialista en géneros y sexualidades. ISBN: 9788412524529 |
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