Una casa, construir una casa,
construir una casa con sus paredes y su techo,
construir una casa por la que pase el agua,
la electricidad que tense los ladrillos,
construir una casa para habitarla, para tener casa,
construir una casa como principio de familia,
construir una casa porque las casas necesitan un lugar donde sostenerse.
Pero también construir una casa que habite,
una casa activa de materiales imposibles,
construir una casa incómoda que señale y pregunte,
y se ría de todos cuando fracasamos en la vida.
Construir una casa para llamarla cuerpo,
y entonces darnos cuenta de que resulta un artificio.

En A ciencia cierta, Víctor Bayona consigue sobrecoger cuando leemos:
Hay dos tipos de infinitos: el que no se acaba y el que no se acaba nunca. El amor no es infinito porque se acaba y se acaba siempre.
La poesía de Víctor Bayona humaniza el mundo y se compenetra a la perfección con el lenguaje romántico de la ciencia para encontrarse ambos, poesía y ciencia, en un plano donde fundirse para su mutuo provecho.
Víctor Bayona (Barcelona, 2001). Actualmente reside en Granada donde cursa estudios universitarios en Física y Matemáticas. Ha publicado varios poemas en revistas de creación literaria y en antologías como Piel Fina (Maremángum, 2019) y en la colección Letras de Papel, dirigida por el Centro Andaluz de las Letras.