Der Pfeile Wolken fliegen mit dem Winde,
Die runden Childe von den Pfeilen starren.
Die Steine sausen, ale Schleudern knarren
Und der Ballisten ächzende Gewinde.
Die beiden Heere aufeinanderprallen.
Sie beiSSen sich wie Hunde in sich ein.
Der Tod hält Schlachtfest in den weiten Reihn,
Die blutbeströmt sich inenanderkrallen.
Die Sichelwagen mähen durch die Flur
Der Leiber hin, sie wirbeln Glieder auf.
Gassen voll Toter reiSSt der Wagen Spur.
Wenn sie der Lenker mit dem Stachel stach,
Die Elefanten brüllen allzuhauf,
Und stampfen blinden Wütens alles brach.
Nubes de flechas vuelan con el viento,
Erizados ya están los escudos redondos.
Las piedras silban, crujen las catapultas
Y los engranajes de las balistas gimen.
Ambos ejércitos se entrechocan.
Como perros se muerden. La muerte
Observa el festín de la baralla entre las largas filas,
Donde mutuamente se hieren y chorrean sangre
Los carros de guerra sigean el campo
De los cuerpos, forman torbellinos con sus miembros.
La huella de los carros abre callejas llenas de muertos.
Cuando el cornac los pinchaba con su agujón,
En coro los elefantes barritaban,
Pateándolo todo con un ciego pisoteo.

En esta edición presentamos dos de sus poemarios, Maratón, un extenso ciclo de veintidós magistrales sonetos épicos, expresión de la violencia, la pasión, la energía vital, el amor fati, la fuerza poética, y Tetralogía de Otoño, donde los vivos actúan como si estuvieran muertos, con sus rostros marchitos por las luces funerarias, con su poca vitalidad, adormecidos como los días de invierno que se avecinan.